William Shakespeare. "Hamlet"


También he oído hablar, y mucho, de vuestros afeites. La Naturaleza os dio una cara, y vosotras os fabricáis otra distinta. Andáis dando saltitos, os contoneáis, habláis ceceando, y motejáis a todo ser viviente, haciendo pasar vuestra liviandad por candidez. ¡Vete, ya estoy harto de eso; eso es lo que me ha vuelto loco! Te lo digo, se acabaron los casamientos. Aquéllos que ya están casados, vivirán todos, menos uno. Los demás quedarán como ahora. ¡Al convento, vete!
[Hamlet a Ofelia. Acto III - Escena I]

Así se hará. La locura en los grandes no debe quedar sin vigilancia.
[Rey - Acto III - EScena I]

La vista sin tacto, el tacto sin vista, el oído sin manos o sin ojos, el olfato puro y simple, la más insignificante parte de un solo y sano sentido, hubiera bastado a impedir la estupidez.
[Hamlet. Acto III - Escena IV]

Me alegro; las razones agudas no hacen mella en oídos tontos.
[Hamlet. Acto IV - Escena II]

Así es, justamente; la mano que menos trabaja es la que tiene el tacto más suave.
[Hamlet. Acto V - Escena I]

William Shakespeare. "Hamlet"


¡Ser o no ser: he aquí el problema! ¿Qué es más levantado para el espíritu: sufrir los golpes y dardos de la insultante Fortuna, o tomar las armas contra un piélago de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas? ¡Morir..., dormir; no más! Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un término devotamente apetecible! ¡Morir..., dormir! ¡Dormir!... ¡Tal vez soñar! ¡Sí, ahí está el obstáculo! Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir en aquel sueño de la muerte, cuando nos hayamos liberado del torbellino de la vida! ¡He aquí la ,reflexión que da existencia tan larga al infortunio! Porque ¿quién aguantaría los ultrajes y desdenes del mundo los ultrajes y desdenes del mundo, la injuria del opresor, la afrenta del soberbio, las congojas del amor desairado, las tardanzas de la justicia, las insolencias del poder y las vejaciones que el paciente mérito recibe del hombre indigno, cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple estilete? ¿Quién querría llevar tan duras cargas, gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, si no fuera por el temor de un algo, después de la muerte, esa ignorada región cuyos confines no vuelve a traspasar viajero alguno, temor que confunde nuestra voluntad y nos impulsa a soportar aquellos males que nos afligen, antes que lanzarnos a otros que desconocemos? Así la conciencia hace de todos nosotros nos cobardes; y así los primitivos matices de la resolución desmayan bajo los pálidos toques del pensamiento, y las empresas de mayores alientos e importancia, por esa consideración, tuercen su curso y dejan de tener nombre... Pero ¡silencio!... ¡La hermosa Ofelia! Ninfa, en tus plegarias acuérdate de mis pecados.
[Hamlet. Acto III - Escena I]

William Shakespeare. "Hamlet"


Vedlo ahora: con el anzuelo de vuestra mentia pescáis la carpe de la verdad. 
[Polonio. Acto II - Escena I]

Así, pues, como quiera que la brevedad es el alma del talento y la prolijidad sus miembros y atavíos exteriores, voy a ser breve...
Que está loco, es cierto; es cierto que es una lástima, y es una lástima que sea cierto... admitamos, pues, que esté loco, y ahora queda por averiguar la causa de ese efecto, o, mejor dicho, la causa de este defecto, toda vez que este defectuoso efecto proviene de una causa. De modo que resta considerar lo restante...
... y él, viéndose desdeñado, para abreviar la historia, cayó en la melancolía, luego en la inapetencia, de allí en el insomnio, de éste en el abatimiento, más tarde en el delirio y, por esta fatal pendiente, en la locura que ahora le hace desvariar y que todos lamentamos.
[Polonio. Acto II - Escena II]

William Shakespeare. "Los dos hidalgos de Verona"

¡Es decir, que huía del fuego, por no abrasarme, y he caído en el mar, donde me ahogo!
[Proteo. Acto I - Escena II]

William Shakespeare. "Trabajos de amor perdidos"


¿Qué loco no es tan cuerdo para perder un voto cuando se trata de ganar un paraíso? 
[Acto IV. Escena III]

Las alabanzas de los mercaderes no convienen si no a las cosas por vernder. 
[Acto IV. Escena III]

Miguel de Cervantes. "Don Quijote de la Mancha" (2ª parte)

Si puedo sentirme o no (...), yo me lo sé. 
[Sancho]

Mira, Teresa: siempre he oído decir a mis mayores que el que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, que no se debe quejar si se le pasa. 
[Sancho]

... allá van reyes do quieren leyes. 
[Teresa Cascajo]

... y será en balde cansaros en persuadirme a que no quiera yo lo que los cielos quieren, la fortuna ordena y la razón pide, y, sobre todo, mi voluntad desea. 
[Don Quijote]

Teresa dice -dijo Sancho- que ate bien mi dedo con vuesa merced, y que hablen cartas y callen barbas, porque quien destaja no baraja, pues más vale un toma que dos te daré. Y yo digo que el consejo de la mujer es poco, y el que no le toma es loco.

En fin, yo quiero saber lo que gano, poco o mucho que sea; que sobre un huevo pone la gallina, y muchos pocos hacen un mucho, y mientras se gana algo no se pierde nada. 
[Sancho]

Y advertid, hijo, que vale más buena esperanza que ruin posesión, y buena gana que mala paga.
[Don Quijote]

... (porque) defrauda con su tardanza el derecho de los tuertos, el amparo de los huérfanos, la honra de las doncellas, el favor de las viudas y el arrimo de las casadas, y otras cosas deste jaez, que tocan, atañen, dependen y son anejas a la orden de la caballería andante.  
[Sansón]

Miguel de Cervantes. "Don Quijote de la Mancha" (1ª parte)

Súbete, Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro. [
Don Quijote]

De la libertad que dio Don Quijote a muchos desdichados que, mal de su rado, los llevaban donde no quisieran ir. 
[Título Cap XXII - 1ª parte]

De aquí no me levantaré, ¡oh valeroso y esforzado caballero! fasta que la vuestra bondad y cortesía me otorgue un don, el cual redundará en honra y prez de vuestra persona y en pro de la más desconsolada y agraviada doncella que el sol ha visto. Y si es que el valor de vuestro fuerte brazo corresponde a la voz de vuestra inmortal fama, obligado estáis a favorecer a la sin ventura que de tan lueñes tierras viene, al olor de vuestro famoso nombre, buscándoos para remedio de sus desdichas.

Majadero, a los caballeros andantes no les toca ni atañe averiguar si los afligidos, encadenados y opresos que encuentran por los caminos van de aquella manera o están en aquella angustia, por sus culpas, o por sus desgracias; sólo les toca ayudarles como a menesterosos, poniendo los ojos en sus penas y no en sus bellaquerías. 
[Don Quijote]

El que busca lo imposible, es justo que lo posible se le niegue. 
[Don Quijote]

... pues será mejor que nos estemos quedos, y que cada puta hile, y comamos. 
[Sancho]

¡Oh bellaco villano, mal mirado, descompuesto, ignorante, infacundo, deslenguado, atrevido, murmurador y maldiciente! ¿Tales palabras has osado decir en mi presencia y en la destas ínclitas señoras, y tales deshonestidades y atrevimientos osaste poner en tu confusa imaginación? ¡Vete de mi presencia, monstruo de naturaleza, depositario de mentiras, almario de embustes, silo de bellaquerías, inventor de maldades, publicador de sandeces, enemigo del decoro que se debe a las reales personas! ¡Vete, no parezcas delante de mí, so pena de mi ira! 
[Don Quijote]

No sé esas filosofías; más sólo sé que tan presto tuviese yo el condado como sabría regirle; que tanta alma tengo yo como otro, y tanto cuerpo como el que más, y tan rey sería yo de mi estado como cada uno del suyo; y siéndolo, haría lo que quisiese; y haciendo lo que quisiese, haría mi gusto; y haciendo mi gusto, estaría contento; y en estando uno contento, no tiene más que desear; y no teniendo más que desear, acabóse, y el estado venga, y a Dios y veámonos, como dijo un ciego a otro. 
[Sancho]

¿Quién ha de ser (...) sino el famoso don Quijote de la Mancha, desfacedor de agravios, enderezador de entuertos, el amparo de las doncellas, el asombro de los gigantes y el vencedor de las batallas?

Sois un grandísimo bellaco (...) y vos sois el vacío y el menguado; que yo estoy más lleno que jamás lo estuvo la muy hideputa, puta que os parió. 
[Sancho]