Sándor Márai: "El último encuentro"

   -- Yo seré poeta -dijo él un día, levantando la vista y ladeando la cabeza.
   Contemplaba el mar, su cabello rubio ondeaba en el viento cálido, tras las pestañas medio cerradas miraba la lejanía. La nodriza lo abrazó, atrayendo la cabeza hacia sus senos, y le respondió:
   -- ¡Qué va! ¡Tú serás soldado!
   -- ¿Como mi padre? -preguntó el niño, meneando la cabeza-. Mi padre también es poeta, ¿no lo sabías? Siempre está pensando en otra cosa.

   - La realidad no es lo mismo que la verdad -respondió el general-. La realidad son sólo detalles.

La culpa ya existe antes, la culpa reside en la intención.

Sí, las palabras vuelven. Todo vuelve, las cosas y las palabras avanzan en círculo, a veces atraviesan el mundo entero, siempre en círculo, y luego se vuelven a encontrar, se tocan y cierran algo.

Uno no puede ser músico y pariente de Chopin sin consecuencias.

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