Guy de Maupassant: "Cuentos"

[El] matrimonio, que no es, según un hombre ilustre, sino un intercambio de malos humores durante el día y de malos olores durante la noche.
[Un ardid]

Eso mismo es lo que más impresiona en ese soberbio y duro país: la indiferencia hereditaria hacia esa búsqueda de formas seductoras que se llama el arte.
[La dicha]

Fiesta de la República. He paseado por las calles. Los petardos y las banderas me divertían tanto como a un niño. Y sin embargo es muy idiota estar contento, en fecha fija, por decreto del gobierno. El pueblo es un rebaño imbécil, unas veces estúpidamente paciente y otras ferozmente rebelde. Le dicen: "Divíértete". Y se divierte. Le dicen: "Vete a luchar contra el vecino". Y va a luchar. Le dicen: "Vota por el Emperador". Y vota por el Emperador. Y luego le dicen: "Vota por la República". Y vota por la República.
Los que lo dirigen son igual de tontos; pero en vez de obedecer a unos hombres, obedecen a unos principios, los cuales no pueden ser sino necios, estériles y falsos, por el mero hecho de ser principios, es decir ideas tenidas por ciertas e inmutables, en este mundo donde nadie está seguro de nada, puesto que la luz es una ilusión, puesto que el ruido es una ilusión.
[El Horla]

No me sentí muy emocionado, pues aquello ("institución de la muerte voluntaria") me pareció justo y natural. Me asombraba sobre todo que alguien hubiera podido, en este planeta de ideas bajas, utilitarias, humanitarias, egoístas y coercitivas de toda libertad real, atreverse a semejante empresa, digna de una humanidad emancipada.
[La dormilona]

En la tierra existimos dos razas. Los que necesitan a los demás, a quienes los demás distraen, ocupan, descansan, y a los que la soledad agobia y anonada, como la ascensión de un terrible glaciar o la travesía del desierto, y aquellos a los que los demás, por el contrario, hartan, aburren, molestan, fatigan, mientras que el aislamiento los calma, los baña de reposo en la independencia y la fantasía de sus pensamientos.
[¿Quién sabe?]

Jorge Luis Borges: "La muerte y la brújula"

   - Posible, pero no interesante -respondió Lönnrot-. Usted replicará que la realidad no tiene la menor obligación de ser interesante. Yo le replicaré que la realidad puede prescindir de esa obligación, pero no las hipótesis.

Un libro en octavo mayor le reveló las enseñanzas de Israel Baal Shem Tobh, fundador de la secta de los Piadosos; otro, las virtudes y los terrores del Tetragrámaton, que es el inefable nombre de Dios; otro, la tesis de que Dios tiene un nombre secreto, en el cual está compendiado (como en la esfera de cristal que los persas atribuyen a Alejandro de Macedonia) su noveno atributo, la eternidad -es decir, el conocimiento inmediato de todas las cosas que serán, que son y que han sido en el Universo. La tradición enumera noventa y nueve nombres de Dios; los hebraistas atribuyen ese imperfecto número al mágico temor de las cifras pares; los Hasidim razonan que ese hiato señala un -centésimo nombre- el Nombre Absoluto.

H.P. Lovecraft: "El caso de Charles Dexter Ward"

Era un verdadero tesoro en el campo de la alquimia y la astrología. La Turba Philosopharum, de Hermes Trimegistus en la edición de Mesnard, el Liber investigationis, de Geber, la Clave de la sabiduría, de Artephons, el cabalítico Zohar, el Ars magna et ultima de Raimundo Lulioen la edición de Zetsner, el Thesaurus chemicus de Roger Bacon, la Clavis alchimiae de Feuld y el De lapide philosophico, de Trithemius, se hallaban allí alineados uno junto a otro. Judíos y árabes de la Edad Media estaban representados con profusión, y el señor Merrit palideció cuando al coger un volumen en cuya portada se leía el título de Qanoon-é-Islam, descubrió que se trataba en realidad de un libro prohibido, el Necronomicon del árabe loc Abdul Alhazred, del cual había oído decir cosas monstruosas a raiz del descubrimiento de ciertos ritos indescriptibles en la extraña aldea de pescadores de Kingsport, en la provincia de la Bahía de Massachusetts.

Volvieron a sonar disparos sucedidos ahora por un grito menos agudo pero mucho más horrible de los que le habían precedido, una especie de tos gutural, de gorgoteo indescriptible que si se juzgó grito fue más por su continuidad y por el impacto psicológico que causara, que por su valor acústico real. 

Gilbert K. Chesterton: "El honor de Israel Grow"

  - Pues, amigo mío -replicó Brown con igual seriedad siguiendo su tema-, una de las pruebas de toda religión verdadera es el materialismo. Ahora bien; la adoración de los demonios es una religión verdadera.

Robert Louis Stevenson: "La puerta y el pino"

En verdad, tal es la primera ley de la venganza, ya que el odio revelado es odio impotente.