Anónimo

Alimenta todas las cosas con el alimento que les conviene, si es asequible. El alimento de tu alma es luz y espacio; aliméntala, pues, con luz y espacio. Pero el alimento del cuerpo es champaña y ostras; aliméntalo, pues, con champaña y ostras; y así, será digno de una jubilosa resurrección, si es que la llega a haber. 

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